Corriente Alterna
(Leo Maslíah)


No sé por qué te fuiste ni por qué después
al poco tiempo te dio por volver
no sé por qué, no sé por qué
tomaste aquella triste decisión
de abandonarme, cuál fue la razón
de tu regreso y qué pasó
que al otro día te volviste a ir
no me diste ni tiempo de decirte
preguntarte si esa vez
regresarías como la anterior
ni si te ibas en busca de amor
y si fue así supongo que

no lo encotraste y fue por eso que
volviste pero cuando te apreté y
te pregunté qué plan tenés
me contestaste muy así nomás
con evasivas y casi te vas
pero esa vez no te dejé
porque de un brazo fuerte te agarré
pero fue inútil, cuando me acosté
sentí la puerta y eras vos
que te pirabas sin decir adiós
capaz que fue mejor para los dos
pero muy malo para mí

por eso me alegré cuando te vi
que regresabas pero no entendí
por qué enseguida me decís
que tu intención sigue siendo partir
y sin demora pasás a cumplir
tu anuncio y me dejás ahí
sin esperanzas con respecto a tí
pero con la sorpresa de que así
como te vi partir, también
te vi volver y te escuché muy bien
decir que nunca me ibas a dejar
para después saber faltar

a tu palabra porque sin piedad
te fuiste a algún rincón de la ciudad
que al parecer no te gustó
porque, si no, no entiendo qué te dio
por dar la vuelta y pedirme perdón
pero enseguida, maldición
me abandonaste y desde aquella vez
te fuiste y regresaste más de diez
o veinte veces, es que ya
perdí la cuenta y la velocidad
de tu continuo ir y venir, se va
volviendo cada vez mayor

ni bien te fuiste por el ascensor
la puerta se abre y estás otra vez
ahí y no sé si es que volvés
se hace imposible adivinar qué hacés
si te estás yendo o a la misma vez
estás viniendo o ya no estás
acá ni allá, como venís te vas
tu cara ya no se distingue más
apenas en el corredor
se ve una larga franja de color
de tu vestido, sos como un ciclón
un huracán sin dirección

un haz de luz cada vez más veloz
ya nadie puede verte ya no sos
más que una tenue sensación
una sutil, fugaz coloración
en las baldosas de ese corredor
y la portera ya subió
trayendo el balde con el secador
le digo doña, deje, por favor
y me contesta no señor
al corredor lo tengo que limpiar
y yo le explico que te va a borrar
si pasa el trapo por ahí

pero ella crée que me enloquecí
no sabe nada de lo que yo vi
y un golpe de agua con jabón
te lleva entera junto a la ilusión
de averiguar un día en qué vagón
viaja el secreto de tu corazón.


Volver