De lo que podía comprarme
Fue mucho mejor que comprarme
Me compré por fin una moto
No quisiera ser tu verdugo
Eran muchas cuotas pero, mes a mes
Cuánto tiempo anduve mirando vidrieras
Mientras no me echaran antes del trabajo
Dígame San Pedro, a usted qué le cuesta
lo mejor que vi fue la moto
es como si fuera un piloto
y las calles son sólo nubes
salgo de bailar en los clubes
me llevo una pinta prendida
con la moto vivo la vida
un radiograbador estéreo
yo prefiero, te digo en serio
antes que soñar con sonidos
ordenados por algún vivo
y volcar cualquier ocurrencia
conseguir mi propia experiencia
con la moto vivo la mía
y no la de los del Suquía
como la que yo siempre quise
y si no querés que te pise
no te me cruces por la lleca:
te vas a ganar una beca
para ir a estudiar teología
allá con la Virgen María
pero yo a la calle la arrugo
por eso te doy un consejo
para conservar tu pellejo
no salgas a la calle, viejo
sólo si es un caso de urgencia
y si fuera así, por prudencia
tené bien a mano, a la vista
tu carné de la mutualista
yo me las arreglaba
iba por las calles y decía para mí:
me compré la moto,
me compré la moto y la pago de a poco
y motos ajenas
caminando como un bobo sin velocidad
hasta que un buen día
me compré la moto y arrasé con todo
la hubiera pagado
hoy, no sé quién fue que se quedó con ella
una moto nueva
y en el accidente no le pasó nada
dejarme traerla
si en el paraíso no se mata nadie
no soportaría
una eternidad sin montar en mi moto.