Con la frente marchita
(Joaquín Sabina)


Sentados en corro
merendábamos besos y porros
y las horas pasaban deprisa
entre el humo y la risa.

Te morías por volver
"Con la frente marchita"
- cantaba Gardel -
y, entre citas de Borges, Evita
bailaba con Freud;
ya llovió
desde aquel chaparrón
hasta hoy.

Iba cada domingo
a tu puesto del Rastro a comprarte
carricoches de miga de pan, soldaditos de lata,
con agüita del mar andaluz quise yo
    enamorarte
pero tí no tenías más amor que el del Río de
    la Plata.

Duró la tormenta
hasta entrados los años ochenta,
luego el sol fue secando la ropa
de la vieja Europa.

No hay nostalgia peor
que añorar lo que nunca jamás sucedió,
"Mándame una postal de San Telmo,
¡adiós!, cuídate".
Y sonó
entre tú y yo el silbato del tren.

Iba cada domingo
a tu puesto del Rastro a comprarte
carricoches de miga depan, soldaditos de lata,
con agüita del mar andaluz quise yo
    enamorarte
pero tí no tenías más amor que el del Río de
    la Plata.

Aquellas banderas
de la patria de la primavera
a decirme que exist el olvido
esta noche han venido.

Te sentaba tan bien
esa boina calada al estilo del Ché,
Buenos Aires es como contabas,
hoy fui a pasear
y al llegar
a la Plaza de Mayo me dio
por llorar
y me puse a gritar: "¿Dónde estás?"

Y no volví más
a tu puesto del Rastro a comprarte
corazones de migas de pan, sombreritos de lata,
y ya nadie me escribe diciendo "no consigo
olvidarte,
ojalá que estuvieras conmigo en el Río de la
Plata"


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