En busca de un sueño
En busca de un sue�o
se acerca este joven
En busca de un sue�o
van generaciones
En busca de un sue�o
hermoso y rebelde
En busca de un sue�o
que gana y que pierde
En busca de un sue�o
de bella locura
En busca de un sue�o
que mata y que cura
En busca de un sue�o
desatan ciclones
En busca de un sue�o
cu�ntas ilusiones
En busca de un sue�o
transcurren los r�os
En busca de un sue�o
se salta al vac�o
En busca de un sue�o
abrasa el amante
En busca de un sue�o
simula el tunante
En busca de un sue�o
tallaron la piedra
En busca de un sue�o
Dios vino a la tierra
En busca de un sue�o
part� con mi d�a
En busca de un sue�o
que no hay todav�a.
Tu imagen
Tu imagen me lleg�
a las seis menos diez
y no pude dormir
ni un instante despu�s:
te confund�as con mis s�banas,
te me enredabas en la sien.
Luc�as tan real
que casi fui feliz,
pero a las seis y diez
me comprend� sin ti:
eran mis solitarias s�banas
y una habitual ma�ana gris...
Y t� eras mi viento, mas no a favor;
eras mi barca en el pedregal;
eras mi puerta sin tirador;
eras mi beso buscando hogar.
Y t� eras un parto de antig�edad,
ma�a de un diablo despertador;
eras espuma de soledad,
carne con llagas de desamor.
Y as� fuiste la otra mitad
de amanecer
que no alumbr� jam�s
Lo de más
Lo de menos son todos los secretos
que intuyo, huelo, toco y siempre te respeto.
Lo de menos es que jam�s me sobres,
que tu amor me enriquezca haci�ndome m�s pobre.
Lo de menos es que tus sentimientos
no marchen en horario con mi renacimiento.
Lo de menos es larga soledad,
lo de menos es cu�nto coraz�n.
Lo que menos importa es mi raz�n,
lo de menos incluso es tu jam�s,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de m�s.
Amoroso, de forma que no mancha,
en verso y melod�a recurro a la revancha.
Mi despecho te besar� la vida
all� donde m�s sola o donde m�s querida.
Dondequiera que saltes o que gires
habr� un segundo m�o para que lo suspires.
Es la prenda de larga soledad,
es la prenda de cu�nto coraz�n.
Lo que menos importa es mi raz�n,
lo de menos incluso es tu jam�s,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de m�s.
Pajarillo, delf�n de mis dos rosas,
esp�ntame los golpes y no la mariposa.
Ejercita tu danza en mi cintura,
aroma incomparable, oh pan de mi locura.
Con tu cuerpo vestido de mis manos
har� una nueva infancia, al borde del oc�ano.
Desde el mar te lo cuento en soledad,
desde el mar te lo lanza un coraz�n.
Lo que menos importa es mi raz�n
lo de menos incluso es tu jam�s,
mientras cante mi amor
intentando atrapar
las palabras que digan lo de m�s.
Vida y otras cuestiones
A Momo y Snoopy, y a Terry.
Qui�nes levantan las piedras que luego
son techos de historias dis�miles
Qui�nes construyen calzadas que enlazan
las islas y los continentes
Qui�nes armaron las aves que nos posan
en mundos distantes
Qui�n vertebr�
los sonidos que pre�an mis manos
Cu�nta faena invisible hace sol
Qui�nes ir�n conmigo
qui�n fue feliz, qui�n se perdi�
solo y sin hijos
Despu�s de cu�ntos resulto yo
Vida y otras cuestiones
acaso la ronda de nunca y de siempre
sea que percibo o que sue�o
las sombras que animan al mundo latente
sea la justicia pospuesta
la suma que falta de lo diferente
o ser� una fiebre de �ngeles
contra�da accidentalmente
D�nde gateo, crezco
qu� lecho us� para mi amor
qu� vidrio roto fue ventanal
de una canci�n
Vida y otras cuestiones
acaso mi vicio m�s viejo y reciente
sea que vivo en pa�s, latitud y universo
o sea com�nmente
Hoy se me ha muerto otro perro
esta vez de un infarto masivo
Como sabr�
la cerveza que el sepulturero
se beber�
cuando acabe de darme abrigo.
Romanza de la Luna
"Vuela el mundo sobre el techo",
dicen el b�ho que cantando
todo mira, todo busca,
todo dice pregonando,
pregonando, ay, pregonando.
�D�nde est� la siempreterna
moraleja de la luna?
�D�nde est� que no la encuentro
yo, que no tengo ninguna
desde cu�ndo, ay, desde cu�ndo?
Cantar y cantar,
las lunas se van y se van.
Mas otras vendr�n
porque �stas no est�n
ya no est�n.
Subo un monte en la ma�ana,
bajo un r�o por la tarde:
voy con tu mirada a cuestas,
sobre mi mente que arde
desde cu�ndo, ay, desde cu�ndo.
El trovador de barro negro
En el pabell�n de mis juguetes,
un peque�o trovador de barro negro su la�d ataca.
A veces no s� d�nde se mete:
se hace amigo de las noches, de los perros, de las caminatas.
Pero por saberse preferido vuelve a m�,
con ma�ana y sol o con alba gris.
Vuelve de las sombras de un secreto que no s�;
vuelve de un quiz�s, vuelve de un tal vez...
Y para mi ta�e el la�d
con melod�a que parece azul;
y para mi cuenta su viaje
y la canci�n se estrena un traje...
Y para mi ta�e el la�d
precipit�ndolo como un alud;
sospecho que su melod�a llega de amar la poes�a.
Suena su versi�n desesperada,
su versi�n de los misterios que lo animan,
su versi�n del alma.
Su canci�n de amor bate las alas;
su pa�s o su emoci�n llega y camina:
su ilusi�n desarma.
Y una vez que acaba la canci�n queda esperar
que vuelva a partir, que vuelva a llegar.
As� me sorprende a ratos el amanecer;
so�ando que a�n siempre va a volver...
Y para mi ta�e el la�d
con melod�a que parece azul;
y para mi cuenta su viaje
y la canci�n se estrena un traje...
Y para mi ta�e el la�d
precipit�ndolo como un alud;
sospecho que su melod�a llega de amar la poes�a.
Paloma mía
(junto a tu cuello)
Junto a tu cuello de porcelana
yo me tendiera, paloma m�a.
Qui�n lo pudiera besar un d�a,
qui�n lo posara sobre tu cama.
Junto a tu boca de fina grana
yo me durmiera, paloma m�a.
Si me quisieras, cu�nto querr�a,
paloma rosa de mis ma�anas.
Junto a tu cuello de porcelana
yo me tendiera, paloma m�a.
Qui�n lo pudiera besar un d�a,
qui�n lo posara sobre tu cama.
Digo tu nombre todos los d�as.
Digo tu nombre paloma amada,
porque tu boca, la m�s so�ada,
porque tu cuello y la lejan�a.
Junto a tu cuello de porcelana
yo me tendiera, paloma m�a.
Qui�n lo pudiera besar un d�a,
qui�n lo posara sobre tu cama.
Junto a tu boca de fina grana
yo me durmiera, paloma m�a.
Si me quisieras, cu�nto querr�a,
paloma rosa de mis ma�anas.
A caballo
A caballo comienza el delirio de esta carrera
A caballo mi beso a caballo de la primavera
A caballo caemos al r�o
A caballo apagamos el fr�o
A caballo se saltan los broches
A caballo se alumbra la noche
A caballo el amor
A caballo ba�ado en sudor
A caballo llegamos al vicio
y juro que no es sacrificio.
A caballo querr�a contigo tener una vista
A caballo y temprano para que se alargue la pista
A caballo andar�as segura
en la m�s saludable montura.
A caballo los santos pervierten
y dolor y tortura divierten
A caballo el amor
galopando hacia el premio mayor
A caballo pasando la liebre
y un trovador cantando de fiebre.
A caballo curando la baja presi�n de la sangre
A caballo borrando ignominias miserias y hambres
A caballo impartiendo justicia
reclamando el pa�s con Alicia
A caballo sin discriminarnos
A caballo total para amarnos
A caballo el amor
desbocado a todo tambor
A caballo de tan necesario
me siento m�s revolucionario.
La cosa está en...
A Bob Dylan
La cosa est� en hallarlo a usted
el d�a menos pensado, en cualquier sitio,
casualmente, donde usted y yo
podamos ver a cuatro manos los alrededores.
La cosa est� en lo improbable,
en lo dif�cil, en lo imposible.
La cosa �sta all� mismo, donde no debiera estar:
un paso m�s all� que el largo de las manos.
La cosa est� en que un d�a
haya tiempo para todo:
para hablarnos sin apuros,
para compartir roc�os,
para ser fin de semana como si vivir
fuera tiempo libre, espacio para estar.
La cosa est� en las cosas
que yo s� y que usted no sabe,
y en las cosas que usted sabe,
y yo no s� todav�a,
y en los sue�os que nos faltan para realizar
nuestros sue�os, que son sue�os de canci�n.
La cosa �sta en no enloquecer,
en no aceptar, en preguntar
para que sirven todos los juguetes
que nos han dado guerra desarm�ndolos y arm�ndolos.
La cosa est� en que no queda
remedio inteligente que no sea
usar las piezas que hay en los rompe-caminos,
e ir tirando por ahora, aunque m�s all�
persistamos en crear nuestra canci�n
con las piezas que queramos construir,
que ser�n igual.
27 de octubre de 1969
Rosana
Ya te estoy recordando, Rosana,
aunque no te hayas ido,
el lucero que brilla ma�ana
es lo que te he querido.
Ya te estoy recordando, elegida,
como un reo en la sombra
resucita el color de la vida,
lo acaricia y lo nombra.
Ni un centavo te cuesta este beso,
pues mi alma lo paga.
S�lo espero lo mismo por eso,
hasta el fin de la saga.
Cuando escriban la vida los buenos,
al final vencedores,
se sabr� que no usamos veneno
como aroma de flores.
Brotar� de la sangre ternura,
inocencia y espejos
donde ir�n a correr travesuras
nuevos ni�os y viejos.
Servir� de se�al cada huella
de las horas felices.
Se sabr� tanto de las estrellas
como de cicatrices.
Y el camino que emprendas, Rosana,
ser� mejor a veces,
porque en otros momentos, cubana,
tu llorar�s con creces.
Ya te vas. Yo no me quedo y no atino
a saber qu� ha pasado.
S�lo s� que, por causa o destino,
ya no estas a mi lado.
La tonada inasible
Hace quince segundos
que se muri� el poeta
y hace quince siglos
que notamos su ausencia.
Cre�amos entonces
que estabamos de vuelta,
cuando faltaba tanto
de ausencia y de poeta.
Hace quince milenios
se nos fug� el poeta
dej�ndonos sus viudas
y su ni�ita eterna.
Brindemos por su verbo,
por su roja cabeza,
hermanos de la sangre
vertida del poeta.
Por �l sus adversarios
no olvidan, mas celebran,
y por �l, sus amigos,
como quiera que hoy sean,
se juntan nuevamente
por sobre sus miserias
convocando a este muerto
de la salud perfecta.
Hace quince silencios
y otras muchas tristezas
qui�n sabe qu� dir�a
su voz de inteligencia.
Por eso un cisne canta,
pr�fugo en la floresta,
la tonada inasible
que despert� el poeta.
Por todo espacio, por todo tiempo
Cuando se duerman y sientan en sue�os
que tocan a la puerta
como pidiendo entrar,
no se molesten, que acaso es mi sombra
que vaga algunas noches
buscando qu� cosa amar.
Son a veces las seis,
y cuando sale el sol
yo me lo encuentro
y lo saludo
por aqu�, por all�,
por ma�ana, por hoy,
por todo espacio, por todo tiempo.
Qui�n me halle entonces
me quitar� fr�o
y no vale la pena
malgastar el calor:
soy distra�do y mal agradecido
y mi fr�o se pega
y yo no s�,
mas da dolor.
Son a veces las seis,
y cuando sale el sol
yo me lo encuentro
y lo saludo
por aqu�, por all�,
por ma�ana, por hoy,
por todo espacio, por todo tiempo.
Cuando yo pase y les toque a la puerta,
se entierran en la arena
como el avestruz.
Dejen que pase mi mala silueta
con su ca��n despierto
y su velocidad de luz.
Son a veces las seis,
y cuando sale el sol
yo me lo encuentro
y lo saludo
por aqu�, por all�,
por ma�ana, por hoy,
por todo espacio, por todo tiempo.
6 de octubre de 1969
Lo que quisiste ser
�Qu� necesita un ser humano
para no apartarse de s�?
�A qu� distancia est� mi mano
de la gente que conoc�?
�Qu� le ha faltado a la verdad
para quererla disfrazar?
�Por qu� un buf�n llena el lugar
donde hubo un sitio para amar?
�Por qu� fingimos confusi�n
hasta acabar con la raz�n?
En fin, no s� como decir
que todo ha vuelto a ser normal,
s�lo si s� que no eres ya
lo que quisiste ser.
Cuando mis ojos se hacen aire
con tristeza pienso en el mar,
porque mi tiempo es la distancia
recorrida para olvidar.
Y veo un dibujo del amor
saltando a un cielo sin color,
buscando un mundo por rastrear
y una ansiedad y otra ansiedad.
R�o del mar, hecho crey�n
por quien aprende a dibujar.
En fin, no s� como decir
que se ha arruinado la canci�n,
s�lo s� s� que no eres ya
lo que quisiste ser.
Veo tus brazos, que han llevado
mil adornos sobre su piel
y han olvidado hasta que fueron
una historia de amanecer.
Y t�, en funci�n de relucir,
dejas la magia humana y vas
a interpretar otro papel,
fingiendo para diferir.
No s� si es desesperaci�n
o humilde ya resignaci�n,
en fin, no s� c�mo llamar
a esa versi�n de un pavorreal,
s�lo si s� que no eres ya
lo que quisiste ser.
Las ruinas
Los caldeos, los asirios, la Roma del poder
supieron resumir mejor;
lo helenos, los egipcios, los hijos de Israel
ya estaban conversado del amor.
Hubo templos y ciudades s�lo para adorar
el culto del alma y la piel;
hubo diosas seductoras y bosque para amar,
y hasta la guerra hubo por una mujer.
�Qu� te podr�a decir desde hoy?
�Qu� ceremonia podr�a venerar?
Siglos pesados como coliseos
aplastan cualquier invenci�n.
Hay piedras, hay ruinas oy�ndome hablar,
oyendo decir: "te amo, te amo".
Palabras que han cruzado el desierto entre dos,
circundaron la tierra y volvieron del sol:
"...te amo, te amo..."
Despu�s de pasado tanto, no puede importar
que ponga un dedo en el amor;
que me guste observarte a trav�s del cristal
de un vaso dibujado con color.
Es lo que nos han dejado. Me debo conformar
con la simpleza de querer:
me dedico a poner flores alrededor de ti
y palmo a palmo a bendecir tu piel.
El siglo XX no da tiempo a m�s:
en su corriente se ahogan las ruinas.
Mas el torbellino se para a momentos,
y hay calma y hay contemplaci�n.
Entonces las ruinas pueden escuchar,
pueden sonre�r: "te amo, te amo..."
Cuelgan de las palabras
sargazos del mar.
Son cristales de la nieve y sabor de la sal.
"...te amo, te amo..."
Del polvo de las ruinas se levanta el amor:
polvo que se respira y de nuevo vol�.
7 de diciembre de 1969
Esta es la vida
Esta que canta si sale el duende
y hace silencio donde ya no,
�sta es la vida que me sorprende,
�sta es la vida que me pari�.
Esta es la vida,
�sta es la sal querida
que goza, que sangra mi amor.
Este es mi polvo y mi flor
y mi lluvia, rayo, golpe de viento:
�sta es mi cruz
y el alimento
de mi luz.
Esta es la vida que me enamora,
�sta es la vida que me da voz:
la que rega�a cuando se atora,
la que no excusa siquiera Dios:
coraz�n que ha sabido amar llorando,
coraz�n que ha querido cantar verdad,
coraz�n que ha sabido morir andando,
coraz�n prisionero de libertad.
Esta es la vida,
�sta es la sal querida
que goza, que sangra mi amor.
Este es mi polvo y mi flor
y mi lluvia, rayo, golpe de viento:
�sta es mi cruz
y el alimento
de mi luz.
Créditos
Grabaci�n: Jurek y Maykel
Mezcla: Maykel, Jurek y Silvio
Masterizaci�n: V�ctor Cicard
Foto de portada: Niurka Gonz�lez
Dise�o: Roque
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