Es importante conocer el pensamiento de aquel grupo que se embarcó en la aventura del Granma y la evolución de ese pensamiento nacido en la entraña del Movimiento 26 de Julio ; y sus cambios sucesivos a través de las etapas de la revolución, para llegar a la enseñanza final de ese último capítulo en donde la parte insurreccional había terminado.
Era muy diferente la proyección social que tenían los miembros del 26 de Julio antes de la etapa del Granma, antes que se produjera la primera escisión en el 26 de Julio, cuando estaba en él todo el núcleo sobreviviente del ataque al Cuartel Moncada. Fue en México, cuando una fuerte discusión acerca del accionar revolucionario desembocó en la división del Movimiento 26 de Julio; un grupo sostenía que sencillamente había que dar un golpe y tomar el poder, mientras que el otro, mayoritario afortunadamente, argumentaba que el golpe para derrocar a Batista debía estar basado en principios, era importante saber que se haría después, en el poder.
Desde ese momento se fue perfilando el grupo que vendría más tarde en el Granma, formado con muchas dificultades, por la persecución continua de las autoridades mexicanas, que llegaron a poner en peligro el éxito de la expedición. Fueron finalmente 28 los hombres que tomaron el Granma, luego de que algunos, con un pretexto u otro, se separaron de la expedición.
Este era un grupo de extracción civil que estaban pegados pero no injertados en la Sierra Maestra. En un principio no estaban integrados a la realidad campesina, y así pasaron meses; pero poco a poco el campesino fue cambiando su actitud hacia ellos, impulsados precisamente por la acción de las fuerzas represivas de Batista que destruía las casas y asesinaba a quienes mantuviesen un contacto hostil con el Ejército Rebelde. Esta acción de Batista se tradujo en la incorporación a la guerrilla del campesino.
Simultáneamente a esta incorporación a la lucha armada por parte de los campesinos surgió una idea masificadora de las masas oprimidas de Cuba en la lucha por la poseción de la tierra : La Reforma Agraria.
Surgió así el primer gran planteamiento social que sería luego la bandera y la divisa predominante del Ejército Rebelde.
No obstante se vivía una etapa de mucha intranquilidad debido a las preocupaciones naturales relacionadas con la política y la conducta del gran vecino del norte. Tal era la situación que en aquellos momentos era más importante la presencia de un periodista extranjero, preferiblemente norteamericano, que una victoria militar. Era más importante, que la incorporación a la lucha de los campesinos que aportaban a la revolución sus ideales y su fe, el que hubiera combatientes norteamericanos que sirvieran para la exportación de la propaganda revolucionaria.
Por ese tiempo en Santiago de Cuba sucedió un acontecimiento muy trágico, el asesinato del compañero revolucionario Frank País, que marcó un viraje en toda la estructura del movimiento revolucionario. Respondiendo al impacto emocional que produce su muerte, el pueblo de Santiago de Cuba se echó a la calle espontáneamente, produciéndose el primer conato de huelga general política, que aunque no tuvo dirección paralizó totalmente a Oriente. La dictadura liquidó este movimiento surgido sin preparación y sin control revolucionario. Este fenómeno popular sirvió para que el Ejército Rebelde se diese cuenta de la necesidad de incorporar a la lucha por la liberación de Cuba al factor social de los trabajadores. Así, inmediatamente comenzaron las labores clandestinas en los centros obreros para preparar una huelga general que ayudara al Ejército Rebelde a conquistar el poder. Pero quienes alentaron estos movimientos no conocían realmente la significación y la táctica de la lucha de masas. Se las llevó por caminos totalmente equivocados al no crearse el espíriti revolucionario ni la unidad de los combatientes y tratar de dirigir la huelga desde arriba sin vínculos efectivos en la base de los hueguistas.
Las victorias del Ejército Rebelde y los esforzados trabajos clandestinos agitaron al país creando un estado de esfervescencia tan grande que provocó la declaración de una huelga general el 9 de abril de 1958, que fracasó por errores organizativos : principalmente la falta de contacto entre las masas obreras y la dirección, y su equivocada actitud. Pero la experiencia fue aprovechada y surgió una lucha ideológica en el seno del Movimiento 26 de Julio que provocó un cambio radical en el enfoque de la realidad del país y en sus sectores de acción. El 26 de Julio salió fortalecido de la fracasada huelga y la experiencia enseñó a sus dirigentes que la revolución no pertenecía a un grupo determinado sino que debía ser la obra del pueblo cubano entero.
Empezaron así, los primeros pasos del Ejército Rebelde para darle una teoría y una doctrina a la revolución, dándose demostraciones palpables de que el movimiento insurreccional había crecido y, por lo tanto, alcanzado su madurez política. Se pasó de la etapa experimental a la constructiva : se crearon centros de producción en la Sierra Maestra de acuerdo a las necesidades más perentorias, pasando de la vida nómada a la sedentaria.
Se llevó a cabo en la Sierra Maestra el primer ensayo de reparto de tierras con un reglamento agrario fundamentalmente por el Dr. Humberto Sorín Marín, Fidel Castro y con la colaboración de Ernesto Guevara. Se dieron revolucionariamente las tierras a los campesinos, se ocuparon grandes fincas de servidores de la dictadura, distribuyéndose, y todas las tierras del Estado se comenzaron a dar en poseción a los campesinos de esa zona. Había llegado el momento en que el Ejército Rebelde era identificado plenamente como un ejército campesino ligado estrechamente a la tierra y con la Reforma Agraria como bandera.
Aproximadamente el 25 de Mayo de 1958 diez mil soldados batistianos bien equipados atacaron las posiciones del Ejército Rebelde, en represalia por la fracasada huelga del 9 de abril. Centralizaron su ofensiva sobre la Columna número I, que dirigía personalmente el Comandante en Jefe Fidel Castro. El Ejército Rebelde ocupaba un área muy pequeña y resulta casi increíble que a ese grueso de diez mil soldados le opusieran resistencia solamente trescientos fusiles de la libertad, única cantidad disponible en ese momento en Sierra Maestra.
La dirección táctica adecuada de sea campaña dio por resultado que sobre el 30 de Julio finalizara la ofensiva de Batista, pasando los rebeldes de la defensiva a la ofensiva capturando más de seiscientas armas nuevas y produciéndole al enemigo más de mil bajas entre muertos, heridos, prisioneros y desertores.
El Ejército Rebelde salió de esta campaña preparado para iniciar una ofensiva sobre el llano, ofensiva de cáracter táctico-psicológico debido a que su armamento no podía competir en calidad ni mucho menos en cantidad con el de la dictadura. Las columnas del Ejército Rebelde podían burlar continuamente al enemigo y situarse en las mejores posiciones principalmente gracias al campesino, quien era el colaborador invisble que hacía todo lo que el rebelde no podía: sumistraba las informaciones, vigilaba al enemigo, descubría sus puntos débiles, espiaba en las mismas filas del ejército batistiano, llevaba rapidamente los mensajes. Y esto se debía a que el Ejército Rebelde ya había inciado con energía su política de reivindicaciones agropecuarias. Ante la amargura del ataque y del cerco de hambre con que rodearon la Sierra Maestra, de todos los terratenientes de las zonas limítrofes, diez mil reses subieron a las montañas para distribuír entre los campesinos y el Ejército Rebelde, y por primera vez los gujiros de la sierra tuvieron su bienestar, por primera vez los niños tomaron leche y comieron carne de res. Y por primera vez, también, recibieron los beneficios de la educación, porque la revolución trae en sus manos la escuela. Así todos los campesinos llegaron a una conclusión beneficiosa para el régimen del Ejército Rebelde.
Del otro lado, la dictadura les daba sistemáticamente el incendio de las casas, el desalojo de la tierra y la muerte.
Es importante señalar que por ese tiempo se abrió las marchas sobre las villas, donde el Ejército Rebelde se encontró con un panorama político-social nuevo de la revolución. Llegaron a las villas con la bamdera del 26 de Julio, en donde ya luchaban contra la dictadura y el Directorio Revolucionario, grupos del Segundo Frente de Escambray, grupos del Partido Socialista Popular y pequeñaas agrupaciones de la Organización Auténtica.
Ante esta situación, el Movimiento 26 de Julio con el Ejército Rebelde al frente tuvo que gestionar la unidad de los distintos elementos que estaban en conflicto. Esa unidad no debía hacerse sólo entre los grupos combatientes sino también entre las organizaciones del llano. Debieron hacer la labor importantísima de clasificar todas las secciones obreras que había en la provincia.
Al llegar a las Villas, el primer acto de gobierno revolucionario, antes de establecer la primera escuela, fue dictar un bando revolucionario estableciendo la Reforma Agraria, en el que se disponía, entre otras cosas, que los dueños de pequeñas parcelas de tierra dejaran de pagar su renta hasta que la revolución decidiera en cada caso. Avanzaron con la Reforma Agraria como punta de lanza del Ejército Rebelde, no como una maniobra demagógica, sino simplemente que en ese transcurso de 1 año y 8 meses del proceso revolucionario hacia la victoria final, la compenetración entre los dirigentes y las masas campesinas había sido tan grande que muchas veces ésta incitaba a la revolución a hacer en lo que en un momento no se pensaba. A los campesino los convencieron de que con las armas en la mano, con mucha organización y perdiendo el miedo al enemigo, la victoria era segura. Y el campesino que tenía en sus entrañas razones poderosas para hacerlo, impuso la Reforma Agraria a la revolución, impuso la confiscación del ganado vacuno y todas las medidas de carácter social que se tomaron en la Sierra Maestra. Fue allí donde se dictó la Ley Número 3, en los días de la farsa electoral del 3 de noviembre, que establecía una verdadera Reforma Agraria: repartía las tierras del Estado, la de los servidores de la dictadura y las de quienes poseyeran con títulos de propiedad adquiridos mediante maniobras dolosas. Así, la Reforma Agraria beneficiaría a más de doscientas mil familias. Pero para completar la revolución agraria no bastaba con la Ley Número 3, era necesario dictar reglas contra el latifundio como preceptuaba la Constitución. Había que definir exactamente el concepto de latifundio que caracterizara la estructura agraria cubana y es fuente indiscutible del atasco que sufría el país y de todos los males para las grandes mayorías campesinas. Fue entonces la obra de las masas campesinas organizadas imponer la ley que proscribió el latifundio.
Entramos ya en la proyecciones sociales del Ejército Rebelde, al ascender la democracia armada. Cuando planearon la Reforma Agraria y acataron las demandas de las nuevas leyes revolucionarias que la complementaban y la hacían viable e inmediata, pensaban en la justicia social que significaba la redistribución de la tierra y también en la creación de un mercado interno extenso y en la diversificación de los cultivos ; dos objetivos cardinales inseparables del gobierno revolucionario que no fueron pospuestos debido al interés popular que estaba implícito en ellos.
Debían incrementar la industrialización de Cuba tomando ciertas medidas arancelarias que protejan la industria naciente y crear un mercado interno capaz de absorber las nuevas mercaderías. Ese mercado aumentaría dando acceso a él a las grandes masas campesinas que no tenían poder adquisitivo pero sí necesidades que cubrir y que no podían comprar. Vieron la necesidad de crear una flota mercante cubana para transportar el azúcar, el tabaco y otras mercaderías.
Para llevar a cabo el programa de industrialización, tuvieron que rescatar el subsuelo, las materias primas que estaban entregadas a consorcios extranjeros. Además debían asegurar que la energía eléctrica este en manos cubanas, así como también la Compañía de Teléfonos, debido al pésimo servicio que prestaba entonces y a lo alto de su presupuesto.
Para que el programa fue expuesto se llevara a cabo, contaron como resorte con el Ejército Rebelde, primer instrumento de lucha, el arma más positiva y más vigorosa para destruír todo lo que queda del ejército del batistato. Y esta liquidación fue llevada a cabo no como un acto de venganza, ni solamente por espíritu de justicia, sino por la necesidad de asegurar que todas las conquistas del pueblo pudieran lograse en el plazo más mínimo.
Derrotaron a un ejército numéricamente muy superior con el concurso del pueblo, con una táctica adecuada, con una moral revolucionaria. Pero debían afrontar la realidad de que el Ejército Rebelde no estaba capacitado aún para las nuevas responsabilidades adquiridas, como defender íntegramente el territorio cubano. Ante esta situación de campesinos y obreros, analfabetos muchos de ellos, incultos y sin preparación técnica ; debieron capacitarlos tecnica y culturalmente para las altas tareas a afrontar.
A grandes rasgos fue expuesta la proyección social de Ejército Rebelde después de la victoria y su papel impulsando al gobierno a hacer patentes las aspiraciones revolucionarias.
El ejemplo que la Revolución de Cuba ha significado para América Latina y las enseñanzas que implican el hecho de haber destruído todas las teorías de salón: han demostrado que un grupo pequeño de hombres decididos apoyados por el pueblo y sin miedo a morir si fuera necesario, puede llegar a imponerse a un ejército regular disciplinado y derrotado definitivamente. Esa es la enseñanza fundamental. Hay otra que deberían de recoger otros pueblos hermanos de América Latina, situados económicamente en la misma categoría agraria que Cuba y es que hay que hacer revoluciones agrarias, luchar en los campos, en las montañas y de allí llevar la revolución a las ciudades, no pretender hacerla en éstas sin contenido social integral.
La revolución no está limitada a la nación cubana pues ha tocado la conciencia de América y ha alertado gravemente a los enemigos de nuestros pueblos. El ejemplo de Cuba ha provocado más efervescencia en toda la América Latina y en los países oprimidos. La revolución ha puesto en capilla a los tiranos latinoamericanos, porque éstos son enemigos de los regímenes populares igual que las empresas monopolistas extranjeras.