En tiempos difíciles
(Heberto Padilla *)


A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la historia.
Le pidieron las manos
porque en una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para exigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
te pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿hay algo mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros
Le dijeron que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después,
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles
esta es, sin duda, la prueba decisiva.

* cubano contemporáneo


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